viernes, 13 de agosto de 2010

El jardín del modernismo

Artículo publicado esta semana en el diario La Opinión:

"El Huerto de las Bolas es un privilegio para los sentidos y en dos meses dejará de estar reservado a unos pocos. Este paraje, que ya comparan con el Parque Güell, y la casa se abrirán al público, que podrá disfrutar de su riqueza arquitectónica y paisajística.

Denominarlo el Parque Güell de Victor Beltrí es quizás un poco exagerado, pero el Huerto de las Bolas recuerda en algunos aspectos arquitectónicos, especialmente en el mobiliario y en los elementos decorativos de sus jardines, a este privilegiado espacio de Barcelona. Y lo mejor de todo es que en breve, concretamente en octubre, dejará de ser un área reservada y se abrirá al público.

El Huerto de las Bolas se encuentra en el polígono residencial Santa Ana y está formado por un gran jardín y por un edificio construido por el arquitecto Víctor Beltrí para la familia Llagostera propietaria de otro emblemático inmueble, una joya del modernismo, en la calle Mayor.
La casa, que actualmente se está rehabilitando bajo la dirección del arquitecto José Manuel Chacón, acogerá un restaurante regentado por el cocinero cartagenero Miguel Hernández y su socio japonés Michio Minakami.

«En toda la Región no hay nada que se pueda parecer a esto. El valor que tiene el mobiliario de los jardines y el exterior de la vivienda es incalculable», explica José Manuel Chacón.

De la misma opinión es Miguel Hernández, que ha hecho una apuesta muy arriesgada por este proyecto. «Para los japoneses la crisis es una oportunidad de renovación, de cambio. Y así lo vemos nosotros. Este espacio es algo privilegiado y queremos que la gente pueda disfrutarlo al tiempo que saborea una buena comida», destaca.

Los jardines se están restaurando a cargo de funcionarios municipales y con la ayuda de especialistas de la Universidad Politécnica de Cartagena para recuperar su esplendor pasado, mientras que la recuperación de la vivienda la costean Hernández y sus socios, ya que el Ayuntamiento le otorgó la concesión del edificio durante los próximos veinte años.

La idea de Hernández es abrir un restaurante para todos los públicos en el que se combinarán la comida tradicional mediterránea, con la japonesa y con el uso de la barbacoa.

«No queremos que nadie piense que esto va a ser algo exclusivo. Vamos a tener precios asequibles para todos, con una media de treinta euros por persona. Ofreceremos mucha calidad», explica este emprendedor, que en breve se marcha al norte de España para elegir la mejor carne para hacer en la barbacoa que instalarán.

«Mi socio japonés trabaja actualmente en Berlín y está deseando que empecemos aquí. Que tiemblen los vendedores de pescado del Mercado porque Minakami está loco por la materia prima de aquí», precisa Hernández.

Tanto él como su socio han recibido varios cursos de formación en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Cartagena (CEEIC), «donde nos han ayudado mucho. De hecho, hicieron un estudio de viabilidad de todo el proyecto», aclara este cocinero.

Mientras se prepara el espacio para la cocina, el jardín bulle de actividad. La cerámica es uno de los elementos más utilizados en la decoración tanto del exterior del edificio principal como de los bancos y resto de piezas del jardín.

No hay dos bancos iguales en toda esta zona verde. Cada uno de ellos destaca por el colorido utilizado en su decoración. Además, el jardín cuenta con varias fuentes y miradores, que embelesan a los paseantes.

«Tampoco hay que olvidarse de las especies que habitan aquí ya que hay pavos reales y una colonia de loros, entre otras muchas. Aquí puedes sentarte tranquilamente e imaginar que estás muy lejos de la ciudad gracias a los sonidos, olores y colores que te rodean. Es inigualable», destaca Miguel Hernández.

El edificio principal se levanta señorial entre tanta naturaleza, recordando a las antiguas mansiones coloniales. Uno de los elementos más llamativos de su estructura es la torre cuadrada, que se utilizaba para comunicarse mediante banderas con la vivienda que los Llagostera tenían en la calle Mayor. Buena parte de esta torre está decorada con elementos cerámicos como platos, vasos y tazas, que también se utilizan en uno de los miradores del jardín.

La decoración exterior del inmueble también está caracterizada por el uso de cerámica, que recubre las paredes con cuadros de diversos temas, en unas composiciones vegetales muy modernistas.

La apertura oficial del inmueble tendrá previsiblemente lugar en octubre. «Aunque esto es sólo el principio ya que si todo va bien tenemos pensado habilitar un edificio que hay colindante como sala de celebraciones ya que este es un espacio único para organizar una boda, un bautizo o una comunión», añade Hernández, con un brillo de ilusión en sus ojos."


viernes, 6 de agosto de 2010

La Comisión Beltrí 2012 solicita a Cultura copia los informes que deniegan el BIC del Cine Central

 

Ante la sorprendente decisión de la Dirección General de Cultura de negar la protección como Bien de Interés Cultural a favor del Cine Central de Cartagena y permitir que se pueda derribar el interior del edificio, la Comisión Beltrí 2012 ha decidido solicitar a la Consejería de Cultura acceso al expediente de incoación de BIC así como copia del informe técnico emitido que justifiquen su no protección como monumento.

La Comisión Beltrí 2012, junto con otras asociaciones y organismos de la ciudad, solicitaron el pasado invierno la protección integral del monumento al considerar que una obra tan singular del patrimonio histórico no podía quedar desprotegida.

Pese a su innegable valor histórico y artístico, todo el interior del edificio, con una interesantísima decoración de estilo art-decó y neobarroca del arquitecto Lorenzo Ros, se encuentra carente de toda protección legal y puede ser modificado o incluso totalmente derribado. A su valor artístico hay que añadir el histórico, ya que el Cine Central de Cartagena es el cine más antiguo de todos los conservados en la Región de Murcia, y además, es el único edificio para la proyección cinematográfica proyectado por Lorenzo Ros que subsiste, una vez que se derribó casi por completo Cine Monumental de Melilla, pese a las protestas de numerosos colectivos y del colegio de arquitectos de Melilla.

En la actualidad, el edificio se encuentra abandonado y ha sido ocupado por indigentes, situación que ha sido denunciada varias veces por los vecinos de la zona y que podría degenerar en situaciones de peligro para la integridad del inmueble.

La Comisión Beltrí 2012 no entiende ni comparte la decisión de la Dirección General de Cultura ya que priva al edificio de protección urbanística, posibilitando su derribo, sino que además impide que la rehabilitación y restauración del edificio pueda acogerse a la concesión de subvenciones con cargo al 1% cultural del Ministerio de Fomento.

La Comisión Beltrí 2012 por último, solicita que el Cine Central de Cartagena sea restaurado y rehabilitado para el uso cultural de los ciudadanos del casco antiguo.

Estado actual del edificio: