Cuando esta noche en el Arqua se rinda el merecido homenaje póstumo a Julio Más, primer director del Centro de Investigaciones Arqueológicas Submarinas, los miembros de la Comisión Beltrí 2012 pensaremos en la gran labor de defensa del Patrimonio que llevó a cabo este ilustre cartagenero. Un Patrimonio que él supo entender en su versión amplia donde valía tanto un ánfora romana o una garita de nuestras fortificaciones del siglo XVIII, como una bella rejería de buche de paloma. Pero estando nuestra asociación enfocada en el modernismo de nuestra ciudad, hemos creído justo recordar lo que hizo por la Casa Maestre de la plaza de San Francisco. El imponente edificio fue encargado en 1906 por José Maestre Pérez al arquitecto ilicitano Marceliano Coquillat, y éste contó para la dirección de obra con Víctor Beltrí a quien conocía de su etapa de arquitecto de Hacienda. En 1940, fallecido ya el Sr. Maestre, el inmueble es adquirido por el Banco Hispano Americano para instalar su sede por el importe de 500.000 pesetas. Con el paso del tiempo el estado de la fachada por motivos desconocidos fue empeorando hasta llegar a 1968, año en el que la entidad bancaria tomó una decisión tan drástica como antiestética. La decisión no fue otra que eliminar el mirador y balcón central junto con los remates superiores de la fachada y sustituir los balcones de piedra del primer piso por rejería. Pero Julio Más, dentro de sus múltiples compromisos de defensa patrimonial, decidió en 1979 abanderar un movimiento que hiciera posible devolver la Casa Maestre a su estado original. Para ello publicó un extenso artículo en un periódico local en el que solicitaba la restauración del edificio que según él “repararía el agravio inferido” una década antes. Además, alegaba que era posible pues afortunadamente se conservaban en el Archivo Municipal los planos originales, unos planos que llevaban la firma de Víctor Beltrí. No estuvo solo, a él se unieron sendos escritos de arquitectos como Francisco Marín y Pedro Sánchez, pintores como Enrique Gabriel Navarro y Asensio Sáez o el que fuera cronista de la ciudad Isidoro Valverde. Y así fue cómo en Marzo de 1982 la desaparecida Comisión Local de Patrimonio Histórico Artístico emitía el informe favorable a la petición del banco de llevar a cabo tan ansiada obra. Una obra que efectuó la empresa Rember Ibérica, especialista en este tipo de restauración, y de la que hoy podemos disfrutar gracias a la labor realizada por este prohombre de Cartagena que fue Julio Más García.
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